Los jovenes universitarios estuvieron pacientes desde las 4:30 de la tarde, debieron esperar para ponerse de pie e iniciar el acto hasta las 7:00 de la noche que no iniciaba-como muchos otros actos oficiales-hasta la llegada del presidente Fernández.
La ira fue contenida, sin embargo. Lo dejaron llegar, sentarse, saludar, escuchar la actividad y los discursos. En la despedida del acto, al ser mencionado, se produjo el vómito de masas. Un presidente Fernández abucheado de pie y todos juntos, como se diría en inglés, lo hicieron, adentro y afuera del salón. (Leer)
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