En otros países, la gente sale a la calle a reclamar la reposición de un farol en una plaza pública y al otro día el Ayuntamiento o las autoridades pertinentes lo reponen aunque sea de bajo voltio.
En la República Dominicana no pasa eso. No pasa nada y cada quien para su casa.
(Ver fotos de la protesta en La Lira en contra de la cementera en Los Haitises)
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