Otro oficial Marina Guerra en problemas

Por Reynaldo Hernández Rosa

Personal de inteligencia de la Marina de Guerra investigan a otro oficial de esa institución castrense, luego del seguimiento que fuere objeto, donde se evidenció los cuantiosos gastos en que incurre en contraste con el salario que percibe.

El oficial bajo indagación, capitán médico, que además trabaja en otra entidad estatal que tiene que ver con drogas, estaría arrestado en el organismo de inteligencia del cuerpo militar conocido como M2.

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Pese al hermetismo con que se manejan tales investigaciones, después del caso de Paya, en Baní, donde militares de esa entidad son responsabilizados por las autoridades judiciales de la masacre y la desaparición de dinero y drogas, se siguen filtrando informaciones inherentes a los manejos internos de la entidad castrense.

El capitán de navío investigado, se supo, observa una conducta de vida ajena al salario de un oficial, donde los lujos y las compras hacen obligatorio las indagaciones sobre su comportamiento.

Igualmente se conoció que tres de los hijos del oficial reciben educación en uno de los centros de enseñanzas más caro de la ciudad capital, donde una mensualidad cuadruplica el salario que devenga.

Asimismo, la adquisición de vehículos de alto cilindraje pese a que tiene “cargado” automóviles incautados de una de las dependencias que labora.

También se supo que pese a que reside en una vivienda modesta en la zona colonial, empero, se tienen informaciones de la compra de apartamentos en área de clase alta, en un residencial de una céntrica avenida capitalina.

Otros informes indican que altos oficiales de las demás instituciones castrenses están siendo observado por organismos internacionales en atención a los enormes gastos que vienen exhibiendo, todos, ajenos a lo que podría permitir los sueldos que devengan.

Igualmente se advirtió de los negocios que vienen instalando y asociándose militares de las diferentes ramas castrenses, los cuales obligan a serias indagaciones, dado que los mismos encierran sumas millonarias, como son restaurantes, compañías privadas de vigilancia, bienes raíces, entre otros.

También se conocen de las lujosas residencias, fincas ganaderas así como la suntuosa vida que llevan muchos luego de prestar servicios en zonas “vulnerables” para el trasiego de mercancías, personas, u otros negocios ilegales.

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