Siempre existirá, pero transformada. Es una tradición de años. No podemos pretender que continúe igual que hace veinte años, no, jamás. La costumbre de tener un marranito en el patio de nuestras casas “mejorándolo” ya no existe y mucho menos tener un pavo amarrado de la pata de una mesa de la cocina hasta que llegara la Nochebuena. (Folcloreando/Listin Diario/Xiomarita Peréz)
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