Reportero agredido en Hard Rock Café esta intranquilo

Lean la carta que nos envió Manuel Agramonte

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La noche del pasado jueves 2 del mes en curso, será inolvidable para mi y no necesariamente porque viviera una aventura romántica y divertida, o la realización de un sueño. Sencillamente aún no puedo comer bien, por las heridas en los labios y en el interior de mi boca, propinadas por miembros de la seguridad de Hard Rock Café; cuando cumplía con mi trabajo periodístico.

Esa golpiza no la olvidare, ya que no solo perjudicaron mi integridad física, sino también pusieron por el suelo la moral, cuando me maltrataron al pisotearme delante de mas de un centenar de personas, algo catastrófico para mí; por la gran vergüenza pasada.


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Todo comenzó cuando cinco integrantes de la seguridad impedían a un productor de Telesistema, tomar imágenes desde la escalera, actuando de manera agresiva y ofensiva al decirle: “Te bajas o te bajamos”. Al ver la expresión prepare mi equipo fotográfico para tomar las imágenes expresivas de la violencia que se notaba en los rostros de los miembros de la seguridad, se les podía observar el salvajismo.

Accedí a bajar, pero mi colega les pidió permitieran solo alguna toma porque no tenía muy buenas imágenes, por lo imposible del trabajo ante el exceso de público abajo. Estos contestaron “pues te bajamos”, de inmediato escuché un sonido estridente por las escaleras, nunca imagine que había sido provocado por la caída del cuerpo de mi compañero Arturo. Un verdadero acto de cobardía de los miembros de la seguridad, porque eran cinco en contra de uno.

Pero no se conformaron y siguieron golpeándole, lo que la ver ejecute de inmediato tomándole algunas fotos, pero lo impidieron cuando el jefe de la seguridad –un tipo más guapón- con su mano en el cinto tenia claras intenciones de utilizar su arma.

Cuando se dieron cuenta destruyeron mis equipos de trabajo y tras romperme la boca, me tiraron al piso, retorciéndome los brazos y colegas lograron, quitármelos de encima. Uno de ellos me mantenía agarrado supuestamente para evitar que me dieran y fue cuando otro seguridad, se me acercó en plan de armonía, pero era para persuadirme.

Al mínimo descuido me lanzó un trompón, del que me defendí con lo que quedaba de la cámara. Todo el público presente les vociferaba, “abusadores”, no obstante eso ese uno de ellos me pidió que no me descuidara de él, que era un león y me iba a comer; “no tengo este revolver en balde” dijo y puntualizó que siempre me veía.

Por eso me intranquiliza estar en la calle al hacer mi trabajo, mientras esos salvajes andan por ahí como si nada hubiese pasado. Responsabilizo a la compañía de seguridad de ese hecho, ya que no han dado la cara, no han tomado la iniciativa de un arrepentimiento si no, una represalia.


El encargado de Relaciones Públicas del lugar de entretenimiento Alfredo García y su esposa, Milagros, se mostraron muy atentos conmigo luego de lo sucedido y se han puesto a mis disposición en todo momento, pero no me dan respuestas sobre el paradero de los miembros de la seguridad que es lo que me preocupa, ya que hay una amenaza de por medio y mis hijos están viviendo un momento de intranquilidad cada vez que salgo a la calle al igual que mi madre y mi esposa y demás familiares. Solo pido justicia para esa acción salvaje de esos animales, mientras solo cumplía con mi trabajo.

Manuel Agramonte.

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